Monasterio de San Jerónimo de Guisando. Un poco de historia

El Monasterio de Guisando es uno de los primeros monasterios fundados en la Península Ibérica por la orden de los Jerónimos, tras el de San Bartolomé de Lupiana, fundado en 1370 (Guadalajara) y junto con el de Santa María de la Sisla, fundado en 1374 (Toledo), remontándose su origen hasta el año de 1375.

Se encuentra situado en el municipio de El Tiemblo, Ávila, frente a los Toros de Guisando, en un lugar aislado de la falda de la montaña, lejos de la civilización, en un remanso de paz y naturaleza.

Su origen se remonta al siglo XIV, cuando unos ermitaños italianos procedentes de Siena habitaron las covachas cercanas. Al cabo de un tiempo, decidieron construir un monasterio en aquel lugar, aprovechando la donacion de unas casas de labor existentes en el lugar por parte de Juana Fernández, aya de la infanta Leonor, hija de Enrique II, Rey de Castilla. Sobre la base de estas casas se erigió un pequeño monasterio rural, que posteriormente, con el transcurso del tiempo y los avatares históricos, fue sufriendo varios incendios, reformas, ampliaciones, modificaciones y restauraciones hasta el día de hoy.

Desde su origen, lo habitaron siempre frailes Jerónimos, hasta que en la desamortización del siglo XIX pasó a manos privadas y fue utilizado posteriormente como casa-palacio y vivienda de recreo. A finales del siglo XIX se hicieron importantes trabajos de consolidacion de sus ruinas y varias reformas, acondicionando unos jardines al estilo romántico, según la moda de la época.
Desde el punto de vista arquitectónico existen en el complejo cenobítico cinco etapas:

- Primer eremitorio o laura en las cuevas, siendo su primera ermita rupestre la cueva de San Patricio y eligiendo otras cuevas cercanas para habitar.

- Primer monasterio de estilo rural edificado sobre la casa de Juana Fernández. Sobre la casa castellana se habilita un monasterio con un único claustro, aprovechando el patio interior de esta edificación, al que se le añade el refectorio en la cara sur del claustro y una pequeña iglesia al norte del mismo.

- En el siglo XV se amplía el monasterio hacia el este construyéndose un claustro principal de estilo gótico isabelino, quedando el claustro de arriba (claustro primigenio) como claustro de novicios.

- En 1546 tiene lugar un incendio que destruye la iglesia, y el claustro primigenio. Don Diego López Pachecho, segundo Marqués de Villena, promueve la recostruccción del claustro de novicios en estilo renacentista. Además promueve la construcción de la Ermita de San Miguel, situada por encima de las cuevas del eremitorio.

- Posteriormente, Pedro de Tolosa, también en el siglo XVI, reconstruye la iglesia. Pedro de Tolosa fué famoso por trabajar de maestro de cantería y aparejador de obra en la costruccion de El Escorial, primero con Juan Bautista de Toledo y más tarde con Juan de Herrera. 

Desde entonces, y hasta el siglo XVIII, el monasterio pasó por su periodo de mayor esplendor.

Más adelante, durante la ocupación francesa a principios del siglo XIX, sufrió un segundo incendio, que acabó con la iglesia, la mitad del claustro principal y afectó tambien a buena parte del clautro de novicios. Fueron los frailes que lo habitaban quieres se encargaron de consolidarlo, hasta que tuvieron que abardonarlo forzosamente por la desamortización de mediados del siglo XIX.

Posteriormente, al pasar a manos privadas, a finales de XIX y principios del XX fue utilizado como casa-palacio y finca de recreo, y también en esa época se realizaron varias reformas, consolidando lo que quedaba de claustro principal y la casa de legos (antigua casa de Juana)y utilizando los elementos del claustro de novicios para realizar unos jardines románticos. A finales del siglo XX tuvo lugar el tercer y último incendio.

Desde entonces y hasta el día de hoy, se vienen realizando, por parte de los propietarios, varias actuaciones de consolidacion de las ruinas y conservación de los jardines, así como una labor de sensibilización e interpretación del conjunto histórico-artístico.

Actualmente quedan varios edificios en el conjunto que se pueden visitar y que nos desvelan su historia: la iglesia, el claustro, los jardines románticos y la ermita de San Miguel, de estilo renacentista.

El monasterio, junto con los jardines, cuevas y ermita, fue declarado "Paraje Pintoresco" el 5 de febrero de 1954. También es Bien de Interés Cultural, junto con los Toros de Guisando. Desde la desamortización de mediados del siglo XIX es propiedad privada.

 

 

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